El miércoles pasado, en nuestro conversatorio sobre el amor y la aceptación incondicional, pudimos conversar sobre qué es ser una buena madre o un buen padre. Llegamos a la conclusión, a través de una divertida actuación y la creación de una receta, de que no existe ese “buen padre”, ya que necesitamos ser padres “suficientemente buenos” para cada uno de los hijos que la vida nos pone en frente. Porque debemos reinventarnos constantemente para adecuarnos a lo que nuestros hijos requieren de nosotros en cada momento del camino. No existe un padre perfecto y tampoco tenemos que serlo.
Les he hecho llegar a cada uno, mediante el prepbook, el trabajo realizado por los chicos sobre qué es ser un buen papá o buena mamá. Revisamos cinco trabajos que resumían lo que la mayoría pensaba: darles amor a sus hijos, saber ponerles límites (en sus palabras “castigar”) cuando era necesario, jugar con ellos, alimentarlos y cuidarlos.
Reconocimos también que muchas veces tenemos expectativas sobre nuestros hijos: si será músico, si le gustará el fútbol, si será bueno en números, ojalá no use lentes como yo, ojalá sea alto, ojalá sea amiguero, etc. Y junto con esto, recordamos cómo fue aquel primer momento en donde sostuvieron a sus bebés en brazos y nada más importaba… ¿Qué sintieron? Evocar un sentimiento tan grande como el amor incondicional y la felicidad por el solo hecho de su existencia, de que hayan nacido y sigan aquí. Ellos ya son un éxito por el mero hecho de existir. Tratemos de recordar esto todos los días y renovemos nuestras ganas de seguir criando a estos niños maravillosos.
Aquí el link de la presentación:
https://prezi.com/p/n-b648jwxdw1/
¡Muchas gracias por haber asistido!
Espero sus comentarios.
Natalia Alberti
[email protected]
Les dejo una canción que resume todo, por favor no dejen de escucharla:
Les he hecho llegar a cada uno, mediante el prepbook, el trabajo realizado por los chicos sobre qué es ser un buen papá o buena mamá. Revisamos cinco trabajos que resumían lo que la mayoría pensaba: darles amor a sus hijos, saber ponerles límites (en sus palabras “castigar”) cuando era necesario, jugar con ellos, alimentarlos y cuidarlos.
Reconocimos también que muchas veces tenemos expectativas sobre nuestros hijos: si será músico, si le gustará el fútbol, si será bueno en números, ojalá no use lentes como yo, ojalá sea alto, ojalá sea amiguero, etc. Y junto con esto, recordamos cómo fue aquel primer momento en donde sostuvieron a sus bebés en brazos y nada más importaba… ¿Qué sintieron? Evocar un sentimiento tan grande como el amor incondicional y la felicidad por el solo hecho de su existencia, de que hayan nacido y sigan aquí. Ellos ya son un éxito por el mero hecho de existir. Tratemos de recordar esto todos los días y renovemos nuestras ganas de seguir criando a estos niños maravillosos.
Aquí el link de la presentación:
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¡Muchas gracias por haber asistido!
Espero sus comentarios.
Natalia Alberti
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Les dejo una canción que resume todo, por favor no dejen de escucharla: